Cómo vivo la experiencia Novia

Este post ha sido escrito por una de nuestras chicas, ¡si quieres saber cual pregúntanos !

Esta experiencia es sin lugar a duda mi favorita. Es desde esta forma de experimentar la conexión donde te puedes fundir totalmente con el cliente. En las citas largas que no solamente se centran en el sexo, se respira verdadera emoción. En el ambiente se palpa la curiosidad de querer saber mas el uno del otro, de querer indagar y sumergirse en la esencia desconocida. Al plantearse un escenario tan cercano con alguien que no conoces se crea una chispa maravillosa y única a cualquier otra
experiencia .

En este contexto yo seré tu amiga, cómplice, novia y compañera. Se trata de fluir y crear una sintonía en la que el uno esta por el otro al 100%. En este tipo de encuentros he llegado a olvídame del resto del mundo y he disfrutado muchísimo con mi cliente, solos el y yo. Charlando durante horas y horas, entendiendo el mundo desde sus ojos y el desde los míos con debates interesantísimos, que sin exagerar, forman parte de quien soy hoy en día. Compartiendo diferentes anécdotas riendo y gozando solo con estar presentes el uno para el otro. Cuanto mas larga era la cita mas corta me parecía. Me refiero a que en el momento de irme he deseado quedarme mas tiempo disfrutando de nuestra química.

Lo efímero de esta aventura, es justamente lo que la hace tan especial. Este concepto de cita que no tiene ningún otro objetivo que no sea el disfrute conjunto es la oportunidad perfecta para nutrirse de vida. Podría compararse a un viaje ya que comparte casi los mismos factores, la curiosidad, la sorpresa, la novedad, la intriga y la constante emoción. Y es precisamente en este viaje donde la escort se convierte en guía si su amado por un día es extranjero. Me gusta enseñarles los rincones mas bonitos de Barcelona, su historia y curiosidades. Suelo prepararme previamente un listado de bares y restaurantes típicos para poder disfrutar de la gastronomía de la ciudad.

Recuerdo una cita donde estuvimos paseando por el centro, pasando por la Catedral del Mar, observando con detalles las calles del barrio gótico, metiéndonos en cada rincón riendo en total sintonía como si fuéramos los únicos paseantes como si estuviéramos solos en medio del ajetreo de la ciudad Condal. Acabamos en la ciudadela después de comer una paella delante del mar. Realmente idílico y exclusivo .

Es especialmente en estos encuentros cuando me reafirmo en mi trabajo, cuando me doy cuenta de la suerte que tengo de estar donde estoy. De la oportunidad de conocer y compartir a personas tan especiales como son todos los hombres que he conocido hasta este momento. Me gusta no tener prejuicios por que así soy libre de poder disfrutar todo lo que estas experiencias me otorgan.

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